Alberto Tovar Castro, catedrático del Tecnológico de Monterrey manifestó que hoy día México cuenta con una economía basada en el libre mercado, pero sin mercado interno pues a pesar de contar con una clase media creciente, 39.2 por ciento de los hogares; apenas el 8.67 por ciento de los trabajadores urbanos ganan más de 9 mil pesos.
“Es decir, estamos en un país en donde tenemos una clase media creciente, pero que su poder de compra muy reducido y en contra partida, hay una elevada concentración de la riqueza con una mayoría de pobres”, comentó Tovar Castro.
Destacó que en el estudio recientemente publicado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) sobre la clase media fue tomado en general como una buena señal sobre el fortalecimiento de tal nivel socioeconómico; sin embargo, denota un gran retraso sobre la posibilidad de que el mercado interno sea la fuente de crecimiento del país.
La investigación fue con base en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares y encuentra que en 2010 el 42.4 por ciento de los hogares, en donde vive el 39.2 por ciento de la población total fue de clase media, lo cual es un avance comparado con el 38.4 por ciento de hogares que representaban en 2000, con el 35.2 por ciento de la población.
En contrapartida, la investigación- en su opinión- también muestra una marcada concentración de la riqueza pues sólo el 2.5 por ciento de los hogares son de clase alta, con el 1.71 por ciento de la población. Por su parte, la clase que el INEGI llama “baja” son el 55.08 por ciento de los hogares y el 59.13 por ciento de la población.
Los conceptos de nivel socio económico, como son la pobreza, marginalidad o miseria son relativos y dependen del contexto de cada nación. Es decir, es diferente ser un pobre en México, Estados Unidos o África.
Para Tovar Castro el enfoque abordado por el INEGI es cualitativo y de gasto per cápita. Según indica, se privilegiaron los rubros de gasto sobre los de ingreso, dado que los informantes de las encuestas tienen menos incentivos a sub-declarar los primeros que los segundos.
Además, el estudio advierte que clase social baja no es sinónimo de pobreza en esta investigación, en el sentido de que caigan debajo de un umbral normativo de ingresos y de acceso a bienes y servicios públicos para ejercer sus capacidades básicas como miembros de la colectividad nacional.
Sin embargo, también concluye que la pobreza, más allá de constituir una clase social en sí misma, es una condición a presentarse con mayor probabilidad para la clase baja. De hecho, es congruente con otras fuentes de información que estiman un nivel de pobreza en al menos la mitad de los habitantes de México
El problema es que al cruzar esta información con la encuesta nacional de empleo, nos encontramos que quienes ganan más de 9 mil pesos representan solo el 8.67 por ciento de los trabajadores urbanos. “Literalmente, nos encontramos en una economía de libre mercado, sin mercado”, remarcó Tovar Castro.
Y es que desde su perspectiva México está viviendo un círculo vicioso, pues al ser maquilador para el resto del mundo, el avance de la inversión está ligado a una mano de obra barata y, por tanto, a una consolidación de la pobreza.
“Mientras esto no se revierta, será imposible impulsar el crecimiento económico por el dinamismo doméstico y seguiremos atados a la evolución de la demanda internacional”, concluyó el académico.
