Redacción
Desde el inicio de esta administración se han presentado cifras con los malos resultados de Felipe Calderón y recientemente se dieron a conocer que en los últimos dos años la pobreza extrema se elevó en un millón trecientas mil personas, llegando a los 13 millones de habitantes en esta condición.
En opinión de Tovar Castro vale la pena dejar en claro las expectativas reales, pues sería “irrisorio” considerar que en un periodo gubernamental se terminará con un fenómeno con raíces históricas, cuyo origen es estructural y con soluciones de múltiples aristas.
Y es que para el catedrático el esfuerzo ha sido dirigido básicamente hacia el asistencialismo, el cual tiene como primer reto dotar a las personas de una alimentación calórica indispensable para llevar a cabo su actividad productiva.
Sin embargo, enfatiza que mientras las personas en condición de pobreza carezcan de las herramientas para ser capaces de obtener sus propios recursos las cifras seguirán subiendo y bajando, dependiendo de las circunstancias y del presupuesto destinado para disminuir este problema.
Desde la perspectiva de Tovar Castro es necesario analizar el discurso de Enrique Peña Nieto, quien ha caído en la obviedad de mencionar que la solución es el crecimiento económico. Esto podría equiparse a la “frase atribuida a María Antonieta cuando se amotinaban enfrente del Palacio de Versalles y ella mencionaba: que coman pasteles”.
En el pasado, el enfoque de sólo crecer hizo que se le diera “manga ancha” a la actividad informal a través de todas las administraciones anteriores de Priistas y Panistas, para que la presión social disminuyera. Como resultado, hoy día 60 por ciento de los trabajadores siguen en este segmento, con el consecuente efecto negativo en la recaudación fiscal y, más importante aún, la falta de cobertura de seguridad social.
Por esta razón, el bono poblacional se convierte en “factura poblacional” en el momento en que el envejecimiento de todos esos jóvenes de hoy, se traduzca en una carga social insostenible dentro de 30 o 50 años. “La pobreza podría alcanzar niveles inmanejables”, mencionó Tovar Castro.
Además, una institución como el Banco de México no es, ni deben ser promotor del crecimiento económico. Este instituto central está para vigilar la estabilidad financiera del país.
Tovar Castro reafirmó que un cambio tendría que estar orientado a través de un modelo de desarrollo industrial, “porque si nos basamos en sólo crecer, la globalización y las nuevas tecnologías nos conducen al abaratamiento de la mano de obra y a una muy baja absorción de empleo por peso invertido”.
Para el catedrático México ha sido una fábrica de pobres que hasta se llegan a exportar hacia los Estados Unidos. El problema es que las remesas están detenidas ante el menor dinamismo de los vecinos del norte y el eventual regreso de los connacionales agudizaría una situación de por si complicada.
“Excelente que proporcionen asistencia social, perfecto que aumente el número de empleos, pero se requieren en la cantidad suficiente, en el sector formal, permanentes y dignos”, concluyó Tovar Castro.