Cristopher G.
Hablar de cine en la actualidad es un tema muy complejo, pues cuando la mayoría busca el terror o la acción, pocos se cobijan en las cintas que ayudan a mejorar una sociedad.
Para el cineasta Fernando Kalife, uno de sus grandes sueños fue dirigir y lograr una película que ayudara a cambiar mentalidades. Un gran reto para el regiomontano, pero decidido a que con fe y dedicación, los sueños se pueden cumplir.
Y así fue, en 2006 consiguió la Diosa de Plata por la cinta “7 días”, que fue vista por más de 6 millones de mexicanos, hoy ha logrado un sueño más, al estrenar en la pantalla grande “180 grados, la película de tu vida”, la cual resalta los valores de cada ser humano.
“El propósito principal es tocar el corazón de muchos mexicanos que todavía quieren tener la oportunidad de volver a vivir o de volver a soñar sin importar la edad que tengan. La película es una semilla que aporta a esa oportunidad”, comentó el cineasta
¿En que momento decidiste hacer esta historia?
“Cuando México perdió contra Argentina en el mundial del 2006, yo atravesaba un momento muy difícil, no me gustó nada como perdimos, y era un momento de crisis y tenia que tomar una decisión de vida y era si seguía o no en el cine y 180 grados nacería como concepto y como historia poco tiempo después”.
¿Cuánto tardaste en realizar la película y cuáles fueron las locaciones?
“Entre tres y cuatro años. Fueron 72 locaciones, entre ellas destacó los campos y montañas, además de grabar en una cancha de futbol profesional”
¿Cuál fue el momento que te dio un giro de 180 grados?
“En el 98 cuando me caso, porque comienzas a aprender cosas nuevas”
Fernando Kalife, confiesa que el mensaje principal de la película es que nunca se podrá cambiar al mundo, sino empezamos por nosotros mismos, pues criticamos a los que están a nuestro alrededor pero no analizamos nuestros actos.
Sus sueños no termina ahí, decidido por mostrar lo positivo de cada mexicano tiene sus proyectos, realizar una película de la vida del beisbolista Fernando Valenzuela, así como llevar su propia historia a la pantalla grande.