Por TaWueno
Con graves faltas en la logística y con altas expectativas por parte de los aficionados que no fueron alcanzadas, así se llevó a cabo la reinauguración del hasta ahora Estadio Cuauhtémoc, en Puebla.
Por eso, en esta ocasión, TaWueno te presenta lo bueno, lo malo, lo feo y, porque no, lo terrible de lo que se vivió durante la apertura del remodelado inmueble.
Lo bueno: Con este gran evento, Puebla se colocó ante el país como un estado moderno y atractivo que muestra un progreso que no se había tenido años atrás, pues como lo dijo el Gobernador, Rafael Moreno Valle, el inmueble tiene una ubicación privilegiada, por lo que era fundamental ponerlo a tono con la transformación que vive Puebla. Esta imagen se logró gracias al reconocimiento de personalidades del futbol como los periodistas José Ramón Fernández y David Faitelson, así como ex jugadores que pertenecieron a la Franja como Rodrigo “El Pony” Ruíz, Carlos “El Búfalo” Poblete, entre otros.
También, dentro de lo bueno, fue la reducida ventaja del Puebla ante el Boca Juniors, al ganar el partido inaugural 1 – 0 con gol de Matías Alustiza.
Lo malo: Los miles de aficionados que esperaron con ansias el espectacular evento de inauguración, empezando por conseguir -por cielo, mar y tierra-, su boleto de entrada gratuito, se chocaron con los altos precios de productos como cerveza, refresco y papas; los cuales oscilaban entre los 30 pesos (en el caso del refresco) y 60 pesos (por vaso de cerveza). Pero eso no fue todo lo malo, pues cuando los asistentes, ya acomodados en sus lugares, buscaban al vendedor de las cemitas, no lo vieron por ningún lado. Así es, las típicas cemitas que la mayoría degusta cuando acude a un partido en el coloso, desaparecieron. Eso sin contar los altos costos de los estacionamientos aledaños cuyo precio ascendió a 100 pesos y los boletos adquiridos por revendedores que llegaron a tener un costo de 200 pesos cada uno.
Lo feo: El acceso VIP. Fiel a su esencia, el Gobernador de Puebla realizó un corte de listón VIP con gente VIP y limitó el estacionamiento del estadio, convirtiéndolo en estacionamiento VIP. Además de todo lo anterior, el acceso se volvió un caos cuando cerraron las zonas alrededor del estadio, por lo que las personas que llegaron en transporte público tuvo que caminar varias cuadras para llegar a su destino.
Lo terrible: Cientos de personas han manifestado en las redes sociales su disgusto por el diseño y la remodelación del inmueble poblano. El diseño del estadio que habían prometido al anunciar el proyecto, no se parece nada a lo que ahora es. Por lo que, así se cambie el nombre de Cuauhtémoc a Multiva, el estadio ya es conocido como Chiquihuite; imagen que no se quitará, al parecer, jamás.
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