El futuro que propone la nanomedicina es la regeneración celular, ya que a través de esta disciplina científica es posible fabricar estructuras que sean capaces de localizar la enfermedad y tratarla adecuadamente, reveló la doctora Claudia Mendoza Barrera, investigadora del Centro de Investigación en Micro y Nanotecnología (Microna) de la Universidad Veracruzana.
Señaló que el problema actual de la medicina es que los fármacos dañan a otros órganos, por ejemplo algunos alivian el dolor de cabeza pero al ser tan fuertes afectan al intestino.
“El problema no son los fármacos sino el sistema de liberación, porque se tocan a otras células, tejidos y órganos que son afectados por efectos secundarios”; además de que gran parte de la concentración del medicamento se pierde en el organismo antes de llegar a su cometido.
En el marco del Cuarto Taller Mexicano en Materiales Nanoestructurados, que realiza el Instituto de Física “Luis Rivera Terrazas” de la BUAP, mencionó que el objetivo de la nanomedicina es reducir las dosis, “que sean dosificadas y focalizadas, que lleguen a la célula y órgano correcto sin que se difumine en todo el sistema”.
No es un asunto de ciencia ficción, es algo que ocurrió cuando apareció el primer anticuerpo monoclonal en Estados Unidos contra el cáncer. “Estas terapias de
anticuerpos monoclonales no son una fantasía, sin embargo se siguen utilizando combinadamente con otro tipo de terapias”.
Indicó que en este momento el diagnóstico médico funciona mediante el análisis de la química sanguínea, por ciertas tecnologías como la resonancia magnética y rayos X, así como con ayuda de exámenes de tipo molecular.
La investigadora declaró que la nanomedicina pretende resolver aspectos de la medicina especializada, cirugía, descubrimiento de nuevos fármacos y terapias. Fabricar este tipo de nanotecnología es muy costoso y requiere de diversos especialistas como químicos orgánicos e inorgánicos, fisiólogos, ingenieros, diseñadores de software y matemáticos.
Mendoza Barrera explicó que para diseñar este tipo de nanoestructuras se debe imitar a la naturaleza, en especial el funcionamiento de los virus que llegan a células específicas. El reto radica en controlarlos después de realizar su función y que el cuerpo las deseche.
Estos nanosistemas, agregó, deben ejecutar funciones diversas: encontrar la célula adecuada, atravesar su membrana celular, localizar un blanco dentro de este elemento y liberar una carga farmacológica.
Para su fabricación, en el núcleo pueden utilizarse materiales como oro, fierro y silicio. Una segunda capa estaría compuesta por el fármaco, una tercera por un sensor biomolecular como monitoreo, así como otra que servirá de recubrimiento y una película capaz de identificar a la célula en cuestión, para proteger a la nanoestructura y como especie de camuflaje.