Hoy estrenó video de “Lazarus”.
No cabe duda de que David Bowie, a sus casi 70 años, todavía puede sorprendernos. Para quienes han seguido de cerca la carrera del también llamado ‘Duque Blanco’, sabrán que sus producciones musicales y visuales no escatiman en escándalo y contenido perturbador, desde sus atuendos y apariencias ambiguamente sexuales hasta el contenido retorcido y negro de sus videos, el músico británico siempre ha sabido llamar la atención.
Pero no nos referimos a armar escándalos solo porque sí. Su calidad artística y musical es inigualable, teniendo una trayectoria llena de éxitos y experimentaciones musicales. Más que decir “Una carrera de altibajos”, los años artísticos de Bowie (52, para ser precisos) han sido un gran maratón de grandiosas contribuciones a la música.
Desde sus crípticos álbumes conceptuales hasta sus exploraciones en los terrenos de la música electrónica y el avant garde, el creador de “Ziggy Stardust” ha echado mano de cuanto género musical se atraviesa en su camino. Con “Heroes” busca invitar a las buenas acciones a ritmo de hard rock, en “Little Wonder” se adentra en los parajes más laberínticos del noise electrónico experimental (Como si de un film de Dario Argento se tratara), y ahora, más recientemente, ha decidido retomar a una vieja figura bíblica con una base hipnótica de jazz.
Nos referimos por supuesto a “Lazarus”, primer sencillo promocional y segunda pieza desprendida de su más nueva producción “Blackstar”. Cabe mencionar que hace poco más de un mes se lanzó el tema que da nombre al disco, y que viene acompañado de un video de diez minutos de duración, en el que al Duque se le ve delirante y desgastado (de acuerdo al concepto del video) con una gran venda en los ojos y unos pequeños botones a la altura de estos (Nos recordó a Coraline) y unos bailarines que se retuercen mientras el hombre recita “I am the Blackstar, I am the blackstar” (Soy la estrella negra, soy la estrella negra).
Con todo esto, el autor de “The Man Who Sold The World” (Cuya versión más conocida es de Nirvana) anuncia oficialmente la llegada de su disco no. 25, en el que, en palabras de su mente maestra y productor de cabecera Tony Visconti: “Tratamos de alejarnos lo más posible del rock, tomando un poco de la influencia de Kendrick Lamar”, cosa que se nota, ya que desde los primeros acordes la ausencia casi total de guitarras y ritmos contundentes nos envuelve para ser hipnotizados por la cadencia mecánica y disonante interpretada por la banda de jazz que acompaña al cantante en esta aventura musical.
Como dato importante, la idea de “Lazarus” y la Estrella negra se gestó en 2013, justo en el ocaso promocional del exitoso antecesor de esta nueva placa “The Next Day”, como una obra musical para Broadway, lo que podría darnos una clara señal de cómo sonará el disco. Dicho material contendrá siete canciones y tendrá una duración aproximada de 45 minutos. Su estreno ocurrirá el día de mañana, coincidiendo con el cumpleaños 69 de su estrella.
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