El autor de “Yo Robot” falleció hace 24 años.
El hombre
El escritor que hoy nos da cita es uno de los más impresionantes en la historia de las letras modernas. Novelista prolífico, cuentista imparable e incansable divulgador científico, los números de su creación hablan por sí solos: publicó cerca de 500 volúmenes de sus obras, tanto en tono creativo como en materia científica, se han contado cerca de 9000 cartas, las cuales muchas se hallan escritas bajo temas relacionados con la ciencia y la ficción, y su obra creativa, fundamentada extraordinariamente en el estudio de la ciencia, ha sido fuente de influencia e inspiración para decenas de escritores, directores de cine y otros tantos artistas. Nos referimos a Isaac Asimov, a quien probablemente conozcas por su obra más célebre dentro de la ciencia ficción: Yo Robot.
Nacido en Rusia y radicado en Nueva York, Asimov demostró siempre tener un intelecto excepcional. Se tituló en la Universidad de Columbia como bioquímico, y al no encontrar un empleo estable, retornó para obtener una especialidad en química aplicada, la cual le fue muy útil para su obra escrita. Durante la Segunda guerra mundial trabajó como analista químico en algunos astilleros de la Marina estadounidense, durante varios años perteneció a MENSA, la asociación de desarrollo y divulgación científica que solo acepta a personas que demuestren grandes habilidades intelectuales.
Obra y trayectoria
A los 19 años de edad empezó a publicar sus primeros relatos cortos en revistas de ciencia ficción conocidas como Pulps (esas revistas que tienen dibujos de monstruos y naves espaciales en las portadas), y para 1955 ya tenía algunas de sus grandes obras publicadas, entre ellas la antes mencionada Yo Robot y los tres números esenciales de la Saga de Trántor, que también es conocida como la Trilogía de la Fundación.
Son muchas las vidas de los escritores que se pueden contar como tortuosas o sumamente depresivas, sin embargo, la vida y trayectoria de Isaac Asimov entran más bien en la categoría de los que han gozado el prestigio y la buena fama.
Formó parte de muchos comités y organizaciones sociales y políticas, y tuvo a su vez una actividad importante dentro del Partido Demócrata estadounidense. Su postura Pro-Tecnología nuclear le hizo ganarse muchos detractores dentro de los círculos políticos, lo que, al igual que la ciencia, influyó en el manejo argumentativo de su obra.
Asimov fue un hombre que escribió prácticamente hasta sus últimos días, teniendo varias etapas de creación, entre las que se cuentan, de forma global, tres:
La primera de 1950 a 1958, en la que inició su carrera como escritor de relatos cortos de ciencia ficción y poco a poco fue adentrándose en el terreno de la novela (el cuál le salió muy bien, pues según los especialistas, de aquí son sus mejores obras).
La segunda, de 1958 a 1982, en la que se dedicó en cuerpo y alma a la divulgación científica e histórica, creando las famosas “Guías Asimov” y un sinfín de tratados sobre ciencia, nuevas tecnologías e incluso religión (a pesar de ser un ateo conocido). Fue en esta etapa en la que previó las terribles consecuencias de la sobrepoblación y la contaminación (consecuencias que ya estamos viviendo), y a su vez esto fue el preludio para iniciar el debate sobre el Calentamiento global.
La tercera y última, de 1982 hasta su muerte en 1992, en la que retomó la escritura de ciencia ficción mediante la continuación de sus obras. Fue aquí donde expandió la Saga de la Fundación y convirtió su obra creativa en un tour de force casi imposible de leer en su totalidad.
Las leyes de la robótica y el cómo leer a Asimov
Los más entendidos dentro del universo de Isaac Asimov saben dos cosas de cajón: Las tres leyes de la robótica de hecho son cuatro, y se necesitaría más de una vida para leer la obra completa de Isaac Asimov.
Respecto a las tres leyes de la robótica (que como dijimos, en realidad son cuatro), Asimov las creó como su “Gran pilar fundacional” para su obra de ciencia ficción. Estas leyes dictan el comportamiento de los personajes que pueblan sus trabajos (que en su mayoría son robots), y en muchas ocasiones, como cualquier ley humana, más que dictar las normas y comportamientos correctos, generan conflicto y crean problemática dentro del universo Asimov. Es importante saber que estas leyes son fundamentales para toda la obra de Asimov en el campo de la ciencia ficción, y que el conocerlas y entenderlas hará mucho más fácil la asimilación y el disfrute de su obra.
Primera ley: Un robot no puede dañar a un ser humano, o por su falta de acción permitir que un ser humano sufra daño.
Segunda ley: Un robot debe obedecer las leyes dadas por los seres humanos, excepto cuando estas entren en conflicto con la Primera ley.
Tercera ley: Un robot debe proteger su propia integridad, siempre y cuando esto no impida el cumplimiento de la Primera y Segunda ley.
Más tarde Asimov crearía la llamada Ley cero, que es superior jerárquicamente y que, en muchos sentidos, pone en conflicto el cumplimiento de las otras tres leyes:
Ley Cero: Un robot no puede hacer daño a la humanidad, o por falta de acción, permitir que la humanidad sufra daño.
Todos estos conceptos y situaciones pueden ponernos, como lectores, en severos aprietos a la hora de acercarnos a la obra de este prolífico autor, sin embargo, lo más recomendable es leer las colecciones de cuentos editadas por Zeta ediciones (Cuentos completos I y II) y por supuesto la que inició todo: Yo Robot. De este libro se pueden hallar todo tipo de ediciones, desde la de Zeta Ed. Hasta algunas editadas con fines educativos las cuales incluyen útiles guías de lectura y algunos ensayos introductorios. Después, si te has vuelto adicto o adicta, puedes iniciar con la Trilogía de la Fundación y seguirte hasta llegar a sus colecciones de reportajes sobre divulgación científica, pero más vale empezar con lo más sencillo y fácil de encontrar en librerías.
#TaWuenoLeer a Isaac Asimov.